«Tienen miedo …,

comen basura, tragan lo que encuentran y mueren llenos de enfermedades. Qué es más justo entonces: impedir que nazcan castrando hembras preñadas o «respetar la vida» que hay en la preñez y dejarlos morirse solos, lenta y dolorosamente? No damos abasto, no nos podemos hacer cargo de los que ya están en la calle, mucho menos de las crías que nacerán. Tal vez debamos sincerarnos con nosotros mismos, porque permitir que nazcan y dar vuelta a la esquina para no ver lo que les pasa es mucho mas cruel» Silvia Couceiro

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